Una puerta puede abrirse al desierto
y seguirá siendo puerta.
Pero si en cambio se abre al rio
y el agua entra empujando al viento
y la casa entera es cauce y orilla,
entonces
la puerta será palabra
y la palabra balsa donde recostarse
al calor de una promesa.
Me gusta tu poesía, Celeste.
ResponderEliminarGracias.