miércoles, 25 de abril de 2012

Quién serás cuando vengas a desnudarte de nombres
en el umbral de mi noche?
Con qué restos pasarás esta puerta
adentrándote en la incógnita de los que ya no seremos
ahora que decidimos sernos para espantar el polvo de las repisas?

domingo, 22 de abril de 2012

Anuncio

Una mujer huía temblando en la espesura de la noche
y afuera los cobardes morían por omisión.
Era diciembre de fiestas sin banquete
pero en su boca asomaba,
transparente, el primer otoño.

miércoles, 18 de abril de 2012

Construcción

Que la ola tenga el coraje de saberse repetida en la profundidad remota del rio.
Que la sorpresa se aloje sin miedo en la permanencia ineludible del ensueño.
Que el amor necesariamente se continúe en otros reproduciéndonos en panes y peces.
Que algo de tu tiempo crezca sin hastío en la tarde adormecida de los últimos días.
Que mi pecho alimente la rutina de una nueva figura resguardada de enredos.
Que la vida se engendre simple en el vivir cotidiano de pieles conocidas
y nacer de una vez por todas al mundo sin soledades ni agonías.

Que esta vez no sea necesario irme a tiempo.
Que esta vez no te vayas.

domingo, 15 de abril de 2012

Pido perdón

Pido perdón a mi nombre
            al primero
al que me invitó a la opulencia de mesas largas
donde se sentaban las sombras de los desperdicios,
al que brillaba en las arañas y en el bronce,
en huevos de mármol que jamás se rompieron
ni dieron vida.
Pido perdón a su excelencia,
a su formalidad putrefacta
que sabía de rituales pero adolecía
            y cómo dolía
de toda debida memoria.

Pido perdón a mi nombre
            al segundo
si de toda su furia tomé sólo un poco,
sólo el borde más alejado
del centro del quemimporta.
Si de su explosión permanente
de placeres y placebos
elegí el más medido de los aguerridos
en la intimidad del secreto.
Pido perdón por frenarme
un paso antes del exceso,
por querer después de todo
            y también antes que nada
el libro, el árbol, el hijo.

Pido perdón y me rio. 

miércoles, 11 de abril de 2012

Una casa

Redonda, como una semilla, como la luna.
En espiral, sin rincones,
sin esquinas donde vayan a parar los restos arremolinados de la cotidianeidad.
Verde en la entrada  y en la salida,
verde en el transcurrir descalzo del insomnio. 
También rojo salpicado de tierra y sangre,
de misteriosa animalidad solapada.
Una ventana.
Una única e infinita ventana enroscada sobre sí misma
multiplicando el cristal empañado de la verdad.
El árbol, por favor, al final de la tarde.
La sombra indispensable en el borde de la lágrima.  
Tu nombre escrito en las cornisas
y en la última baldosa reverdecerán hojas secas.

sábado, 7 de abril de 2012

Hombres/2

Amanece una vez más y no lo sabe. Sólo sabe que despierta, que su cuerpo se despega de la cama  y la ducha caliente y el mate amargo y el colectivo demorado y luego, lo otro.
Tuvo una vez una sospecha, un minuto de clarividencia en el que creyó amanecerse al mundo y que el mundo se abría para él como una selva colmada de amores y pensó que había infinitos ríos esperando mojarle los pies y que el campo estaba todo ahí para ser visto y que había melodías que sabrían estremecerlo en algún rincón al que jamás había entrado, imaginó mujeres esperando sus caricias y se creyó capaz de acariciarlas.
Después vino el 103 y después, lo otro.

Hombres/1

Sabiendo que iba a perder volvió para jugarse todo. Es que no hay nada más insoportable que el alarido metálico de las fichas que quedaron en el bolsillo cuando cerraron todas las maquinitas de la vida.
Prefiere cargar con el dolor pero andar de pantalones callados.

                                                                                             (2011)

domingo, 1 de abril de 2012

Somos apenas las hojas de un árbol arrojándose a los misterios del otoño.
Dos hojas insignificantes pero en el aire.
Por fin, en el aire.