domingo, 29 de diciembre de 2013

alguien me lee
alguien me desnuda en la ausencia de mi piel sin sentir en su silencio el pudor del espía
alguien algo
faltan datos nombres señas que viertan la caricia donde solo queda la duda
porque una máquina que no me conoce dice sin dudar
que alguien ata sus ojos a mis letras que luego de paridas andan prostituyéndose con los ojos vendados
alguien leerá
alguien leerá que la opacidad de su mirada despertó al sereno que dejará de ser silueta de cerradura

jueves, 6 de junio de 2013

defender la presencia contra toda virtualidad,
levantar tu olor como bandera frente a las pantallas frías
tocar lo que no se agota en la imagen
hacer del cuerpo trinchera
El juego se trataba más de la tierra que entraba por el corte de la chapa y ensuciaba los pantalones que del camino que dejábamos mientras mi primo nos arrastraba. Hacia adelante se abría el campo y no quitaba mis ojos de la chapa y su bruma.
Hoy la llanura, o su recuerdo, huele a metal.

viernes, 19 de abril de 2013


La muchedumbre enfurecida
sacudía lo que les sobraba
mientras el metal deformaba sus rostros
pedían ser escuchados los mudos de ayer
desde sus balcones
y la muchedumbre enfurecida gritaba
el hombre tras el micrófono decía y desdecía
sin que nadie escuchara la mentira
porque en la calle la muchedumbre enfurecida gritaba
en cambio
y descambiados
a esa hora nosotros buceábamos
de ojos y piel abiertos
algunas voces brotaban puntiagudas
y tomábamos aire para nadar más profundo
nadie se enteró de nuestras banderas
porque afuera la muchedumbre enfurecida gritaba

martes, 19 de febrero de 2013


El sol era tibio y duradero, apenas si nos rozaba
la cara al teñir de amarillo cada porción de vida.
Árboles amarillos, hojas amarillas, bocas anaranjadas,
ojos anaranjados, pies amarillos.
Cada paso era el sonido del paso,
crujido delator de camino y caminante.
 Cielo amarillo, charco  amarillo, viento sereno.
Cerrábamos los ojos para teñirnos por dentro
dejando al otoño vestirnos el nombre.