lunes, 19 de marzo de 2012

NIN - FA

Rompí los papeles y quemé mis diarios. Diez veces negué su piel verdeazulada mirando sentada la pared. El agua helada me corría por la espalda mientras apretaba con fuerza los párpados hasta doler. Lavé mis manos con furia, corté mi pelo de una vez por todas y repetí frenéticamente mi nombre hasta saberme entera.
El sonido hiriente de su andar avanzaba rasgando el silencio y supe que se arrastraba entre las piernas blancas de la noche.
Pasaron los días. Recuperé el color y se entibiaron mis ojos.
          Nadie la ve rondando la casa pero yo sé que está, me esquiva la mirada. Un cuerpo en otro cuerpo. Una perfecta desconocida acechando en mi oscuridad, adivinar su paso me arroja al espanto.     

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