lunes, 12 de marzo de 2012

Grito

Un nene de cinco años se asoma por el balcón y grita moviendo sus brazos como nadando en el aire:
-          ¡Mamá, mamá! ¡Mirame, estoy acá! ¡Estoy acá!
Desde la vereda su madre avergonzada le hace un gesto para que se calle y le dice que ya sabe, que ya lo vio. El gesto de la madre le confirma al nene su propia presencia y lo calma.
En veinte años más ese hombre repetirá el grito entre signos de pregunta. Agitará los brazos hasta cansarse pero ninguna mirada, ningún gesto ajeno le será suficiente para confirmarse.
En ese momento se tragará el grito y comenzará a agitarse por dentro. 

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